miércoles, 28 de marzo de 2012

Tiempo. Ayer. Ahora. Mañana.

Se giró. La lluvia repiqueteaba contra el asfalto, mojado desde hacía varias horas. Una lluvia de invierno que calaba, pero no era de suma importancia. El pelo pegado a las mejillas y la frente, y el vaho mariposeando.
Un buen día para decir adiós.


-Lo siento. Pero nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario