miércoles, 19 de octubre de 2011

Palabras sin sentido en un cúmulo de circunstancias que hacen que esto, sea esto.

Apesto a alcohol y a fracaso desde lejos. Bien lejos del resto del mundo, como si la misoginia se apoderase de un hemisferio de mi cerebro, mientras mi materia gris sufre convulsiones. Y escupe espuma. Grita, gimotea, delira, y muere.

La misantropía no pulula cerca de la orden del día, pero tampoco queda demasiado atrás. Sabe cómo juegó, cómo juegas. Y cómo jugamos.

Puede parecer narcisismo, y seguramente lo sea. Por lo que la maldita poligamia debería ser agua pasada.

La poesía abandonó la esencia sustancial cuando más la necesitaba, por el mero hecho de ser un temario demasiado visto. Amor, tristeza, soledad.... Díganme, mis pequeños Drugos, ¿dónde dejamos el alcohol, las mentiras y la zona desmilitarizada de Corea?

Reverte se lo quedó todo.

Probablemente el que tenga más, presuma de sus posesiones, y el que menos, se pondrá verde de la envidia. Pero como dijo una bola de cristal con truco, "el cielo es mucho más azul después de estar nublado".


No hay ninguna referencia con sentido, pero tampoco ninguna verdad a medias. Sólo palabras al azar, mientras el cigarro se consume y dibuja notas musicales con el humo.

Algo digno de ver, pero únicamente se sabe apreciar cuando los párpados caen por su propio peso, y la espalda se tensa del cansancio.
Así que adiós. Voy a follar con Morfeo.

domingo, 16 de octubre de 2011

Infinitas muestras de veneno.

-Si me mordiera la lengua me moriría. ¿Sabes por qué? 

-¿Por qué?

-Porque me envenenaría a mí misma. ¿Lo entiendes?

-No. No lo entiendo.

-Mejor. Y que dure.

martes, 11 de octubre de 2011

∞.

Abres la puerta, y la cierras de un portazo. Yo abro una ventana. Oxígeno.
Ven a mí.


Robas esperanzas ajenas. Y yo te absorbo la existencia puramente material y efímera. Como la belleza de la mujer de tu izquierda.


Podemos permitirnos el lujo de utilizar palabras en desuso. Dices "Tumefacto". Yo me decanto por "Debacle".


Nos insultamos. Desde el cariño. 
-Zorra.
-Cabrón.
Y sonreímos.


Sobriedad cíclica y gradual, fomentada por un infinito deseo de libertad, independencia, y autosugestión.






Miente. Pero miénteme bien.





domingo, 9 de octubre de 2011

♂.

No tuve que esperar. Ni mediar palabra. Ni siquiera parpadear. Simplemente cayó al suelo. Narcotizado, fluyendo el cloroformo de forma rápida y eficaz por todo el cuerpo. Como la electricidad. La luz.
Le arrastré por el suelo del salón, agarrado por las muñecas, tironeando, sin apenas cuidado por las articulaciones, que se resentían, y me hacían la competencia.


Le llevé a mi habitación, plagada de cuadros abstractos. Todos en blanco y negro. Sobrios, pero amplios. Con un repertorio de significados de vertiente infinita.
Tardé poco en tumbarlo sobre mi cama, despojándole de toda vestimenta. Totalmente dormido, inconsciente de qué podía, o no podía hacer. 
Y lo hice.


Me arrodillé a los pies de la cama, recorriéndole de abajo a arriba, y viceversa. Varias veces, hasta que ese perfil quedó estudiado por completo. Cada curva, centímetro de piel. Y el olor. A hombre. A hombre que huele bien. 
Gateé, como una niña pequeña, hasta colocarme encima. A horcajadas. Sin ánimo de una violación casi previsible. Inclinándome hacia delante, a escasa distancia de mis labios con su clavícula. Aspiré, fuerte, y me tensé. Hombres.
Mis manos fueron directamente al cuello, adosándolas a los laterales, ya que a la derecha estaba el rostro, girado. Labios entreabiertos. Pelo corto, negro, despeinado. Y liso, cayéndole por la frente de forma regular. Barba de varios días, con la que rasqué mi mejilla hasta enrojecerla. 
Le llamé por su nombre. Sabía que le gustaba, y él me gustaba a mí.
-Syd..............-
Y, como imaginaba, no encontré respuesta. Sólo una breve suposición que se llamaba Cloroformo.
Ladeé el rostro, pegando la oreja izquierda en su esternón, desnudo, como todo él, y me limité a olerle, y escuchar los golpes de su corazón. A un ritmo normal. Tranquilo.




No tardé más de quince minutos en volver a taparlo con su ropa. Vistiéndolo con delicadeza, como si temiese que se rompiera. Tironeando de nuevo de sus muñecas, hasta tumbarlo en el sofá, como quien duerme una siesta. 
Y yo me fui a mi cama. Recostándome de lado, abrazada a la almohada. Hundiendo la nariz en ella.


Olor a hombre. 





jueves, 6 de octubre de 2011

X.

Llámalo pasión. Lujuria, y dime qué número ocupo en la lista de pecados capitales. 
Espejos por toda la habitación, dándote una vista panorámica de tu alrededor, con cada punto de vista distinto. Espalda, cadera, brazos, cuello. Nuca. 
No te escondas de ti mismo, porque tu reflejo con ropa no es más que un envoltorio de tela. El mejor tejido que existe es la piel
Y el mejor olor el del sudor. Sábanas empapadas, cayendo por los bordes de la cama, arrugadas. Usadas.
Como nosotros. Pero no te confundas, y ten las cosas muy claras.








Porque recuerda, que el sexo y el amor, no tienen nada que ver.


Y esto ha sido un acto de amor.





lunes, 3 de octubre de 2011

Seconds ago.

Retroceder en los recuerdos, pero sin mirar atrás. Únicamente vivirlos en primera persona una vez más, sin fijarte demasiado. Detalles que sobran, y hurgan en la llaga al mismo tiempo. Por eso desvías la mirada hacia otro lado.
Y eso jode aun más. Si cabe. Molesta reconocer de nuevo que cometiste aquel fallo. Una tontería. Banalidades. Que resultaron tener efecto mariposa.
Y ahora repercuten en la vida cotidiana, y en un efecto sin causa aparente, pero a su vez inevitable.
-La cagaste.
-¿Vas a seguir recordándomelo toda mi vida? Por mucho que me joda, no voy a volver atrás, y tampoco va a arreglarse.
-Lo sé. Por eso, enmiéndalo. O inténtalo, al menos. 


"De los errores se aprende." "Lo que no mata, te hace más fuerte". Chorradas. Lo habrás escuchado cientos de veces, pero entra por una oreja y sale por la otra. Te agencias un nuevo punto de vista, ajeno incluso, y le das utilidad. 
Pretendes hacerlo mejor que nadie, o ver las cosas venir de lejos. Cosa más bien complicada a temprana edad, sin nadie que te machaque continuamente. 
Pero lo que nadie te dijo nunca, era que das más importancia a los juegos de niños, con una fachada adulta, teniendo el cuerpo en caliente. Que sintiendo hielo, escarcha, dentro de tu materia gris. Rascándola.
Tú eres la que lloriquea por las esquinas, como en un patio de colegio. Yo la que te recuerda que vas siendo mayorcita para atarte los zapatos sola


Sola. Y sin depender de nadie, ni de nada. 
Tú eres tú. Y el resto del mundo..... Está en una ebriedad permanente. 



domingo, 2 de octubre de 2011

1925.

-Eres tú. Tú eres el problema.
-¿Eh? ¿Yo?
-Sí, tú.


-¿Por qué?
-Estás amargada.
....................
-No es que yo esté amargada. Es que el MUNDO vive en una ebriedad permanente.



-Lo que tú digas..... A ésta invito yo.