Abres la puerta, y la cierras de un portazo. Yo abro una ventana. Oxígeno.
Ven a mí.
Robas esperanzas ajenas. Y yo te absorbo la existencia puramente material y efímera. Como la belleza de la mujer de tu izquierda.
Podemos permitirnos el lujo de utilizar palabras en desuso. Dices "Tumefacto". Yo me decanto por "Debacle".
Nos insultamos. Desde el cariño.
-Zorra.
-Cabrón.
Y sonreímos.
Sobriedad cíclica y gradual, fomentada por un infinito deseo de libertad, independencia, y autosugestión.
Miente. Pero miénteme bien.
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