lunes, 12 de septiembre de 2011

Distinto a como te lo cuentan

El cerebro monta jaleo. Dentro de sí mismo, revolviendo la materia gris, y vomitando neuronas. Neuronas que en tu vida volverás a recuperar, pero... ¿Importa? Ya no pensamos.
Actuamos.
Lo veo a excusa, diría alguien con la mente lúcida, y un cerebro sin mierdas absorbidas, o introducidas de manera consciente.
"Esto te mantendrá consciente, despierto. Euforia". Me dijeron. Una vez, y sobraron los motivos.
-Snffffff, snfffffff... Oh... Dios Santo...- Mano diestra a la nariz, pinzándola con el índice y el pulgar, masajeándole de arriba a abajo. Picaba. Y tanto que picaba.

Saliva por los suelos, y aire en las cañerías. Bufones tras las barras, y otros más incompetentes delante de ellas. Son los mismos, sólo que los de delante de menos calidad.
Energía de bolsillo. Blanca. Chispas invisibles que le dan movimiento a las articulaciones. Relámpagos en miniatura que ponen en funcionamiento tu cerebro, y las neuronas que aún residen ahí dentro.
Parpadeas. Pupila dilatada, pero eres tú. Y estás despierto. Que no es lo mismo que consciente. O descansado.

Podrías seguir bailando toda la noche. Cubata en alza, con Depeche Mode de fondo. Tecleando. Dando lugar a las chispas de tus articulaciones.



Con el bajón en el cuerpo, eliminando el resto del efecto estimulante, te sientas en la cama. Espalda contra el colchón, ojos cerrados. Bienvenido al mundo real. Déjate follar por Morfeo.

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