jueves, 6 de octubre de 2011

X.

Llámalo pasión. Lujuria, y dime qué número ocupo en la lista de pecados capitales. 
Espejos por toda la habitación, dándote una vista panorámica de tu alrededor, con cada punto de vista distinto. Espalda, cadera, brazos, cuello. Nuca. 
No te escondas de ti mismo, porque tu reflejo con ropa no es más que un envoltorio de tela. El mejor tejido que existe es la piel
Y el mejor olor el del sudor. Sábanas empapadas, cayendo por los bordes de la cama, arrugadas. Usadas.
Como nosotros. Pero no te confundas, y ten las cosas muy claras.








Porque recuerda, que el sexo y el amor, no tienen nada que ver.


Y esto ha sido un acto de amor.





2 comentarios:

  1. La lista de pecados capitales forma parte de la agenda diaria. Me gusta ese amor que tan lujuriosamente has descrito. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Diariamente los pecados capitales se hacen materia. Temporalmente, claro.

    ResponderEliminar