miércoles, 28 de septiembre de 2011

Salud.

Lo hice mal. Lo hiciste mal. Fue cosa de dos. Aunque influyesen terceras personas. Pero me gustó.
Caí en un pozo sin fondo de remordimientos. Contigo a cuestas, y un vaso de whisky en la diestra. Pero no me arrepiento.
Llevé tatuado "Carpe Diem" en el pecho. Pero me arranqué la piel a tiras. Con varios folios llenos de pensamientos siendo testigos. Y siendo culpables.
Juzgan. Como aquella niña del colegio que te tiraba del pelo porque no le gustaban tus trenzas.
Y murmuras sandeces entre dientes. 
Llamo a la puerta, y asomo el pie por debajo. No ves el corderito blanco, con un lazo rosa atado al cuello. Sino al lobo. Con la voz cálida por la miel.
Arranqué la planta donde grabé mis iniciales en las primeras hojas. Marchitándose las últimas.
Y te ríes.
Me invitas a una copa, brindando por nosotros. Recuerdas un fragmento de una canción que escuchabas siendo niña.


-Al olvido invito yo.-

3 comentarios:

  1. Alcohol, azúcar, y una sobriedad aparente diluida. Estoy muy poética hoy.

    ResponderEliminar
  2. No sé como llegué hasta aquí, pero me quedo. Me gusta lo que he leído. Sólo una cosita: el bourbon no es inocuo, te lo dice uno que ha despertado con resacas memorables.
    Saludos insomnes

    ResponderEliminar